La Junta Directiva del periódico El Nuevo Diario (END), con casi 40 años de existencia, informó la madrugada del pasado viernes que suspende su circulación debido a «dicultades económicas, técnicas y logísticas».
La medida fue comunicada a los trabajadores horas después, quienes además aseguraron que tanto la versión de papel como digital quedan suspendidas.
De igual forma se descontinuará la publicación del diario Metro, que también era parte de este grupo editorial.
Ambos diarios sufren de la retención de materia prima para la circulación de su edición impresa, como una medida represiva del régimen orteguista.
La Junta Directiva y los periodistas se reunieron la mañana del pasado viernes para liquidar laboralmente a sus trabajadores y formalizar el cierre total de las operaciones.
«Este periódico fue fundado hace 39 años y en todo ese tiempo se ganó el aprecio de lectores de distintas generaciones, a quienes hoy agradecemos porque su apoyo fue siempre un estímulo para que, en cada momento, realizáramos un trabajo mejor, con profesionalidad, valores y principios», dijo el medio en un comunicado.
El subdirector de END, Douglas Carcache dijo que, «estamos descontinuando las dos (ediciones) impresa y digital». Según Carcache la edición digital es, «difícil cubrirlo cuando la pauta publicitaria es baja. Tiene su costo, si vos subís cada día setenta notas a un sitio web, eso tiene un costo de producción importante y mantener todo ese costo cuando hay problemas de publicidad en el país, empresas que pautaban y que están afectadas económicamente».
Este es el comunicado que emitió El Nuevo Diario:
LA PRENSA llamó al Gerente General, Arnulfo Somarriba, para conocer detalles, pero su celular se encontraba apagado.
El Nuevo Diario dijo que iniciarán un proceso de reembolso a los suscriptores. «A nuestros suscriptores les agradecemos su lealtad e iniciaremos un proceso para reembolsarles el saldo remanente de sus suscripciones».
Los periodistas improvisaron una pequeña despedida en la sala de redacción del medio, donde aplaudieron a cada uno de los reporteros.
Censura a los medios de comunicación PEN Internacional «condenó» y «lamentó» el cierre de estas dos publicaciones. Al mismo tiempo calicó como «boicot aduanero arbitrario e ilegal por parte del gobierno de Daniel Ortega» a las retenciones de materia prima para la elaboración de diarios impresos. «El Nuevo Diario, al igual que el diario La Prensa, han sido objeto de un boicot aduanero arbitrario e ilegal, que hace 15 meses impuso restricciones a la importación de papel, tinta y otros insumos para la publicación», dijo PEN Internacional en un comunicado.
Periodistas independientes demandan al régimen orteguista que restituya las libertades públicas Por otro lado el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, alertó de una etapa más sofisticada de represión contra los medios de comunicación en Nicaragua.
«Triste noticia para la Libertad de Prensa en Nicaragua. Entramos en una etapa más sofisticada de represión a medios en Nicaragua con acoso de agencia de impuestos, inspecciones laborales, restricciones a la importación de insumos (papel y otros)», escribió Lanza en su cuenta de Twitter.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lamentó que otro periódico en América Latina haya anunciado la suspensión de su publicación debido a la presión de un gobierno autoritario.
El embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Kevin Sullivan dijo a través de su cuenta en Twitter que la, «suspensión del diario reduce el necesario intercambio de información en Nicaragua». El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) se solidarizó, «con los accionistas, directivos, colaboradores y lectores de El Nuevo Diario y Metro, por la suspensión de sus ediciones. Este hecho es una muestra de represión desmedida contra la libertad de expresión e información».
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