Casi 3.000 hombres, mujeres y niños perdieron la vida cuando un avión comercial secuestrado se estrelló contra las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York y en el Pentágono en Washington, D.C.
Otro grupo de estadounidenses estaba a bordo del vuelo 93 de United. Lucharon contra los secuestradores que habían tomado el control del avión.
Las últimas palabras del pasajero Todd Beamer a la operadora telefónica de GTE Lisa D. Jefferson, "Let's roll", se convirtieron en un eslogan nacional.
Cuando la tripulación y los pasajeros intentaron recuperar el control del avión, el avión se estrelló en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania. Las 44 personas a bordo murieron.
La proclamación del presidente dice:
DÍAS NACIONALES DE ORACIÓN Y RECUERDO, 2019
POR EL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
UNA PROCLAMACIÓN
Durante estos Días Nacionales de Oración y Recuerdo, nos unimos para honrar la memoria de los casi 3,000 hombres, mujeres y niños que perecieron en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El paso del tiempo nunca disminuirá la magnitud de la pérdida o el coraje, la compasión, la fuerza y la unidad mostradas durante una de nuestras horas más oscuras.
Los horrendos acontecimientos de esa mañana de septiembre sacudieron a nuestra nación en su núcleo mientras observamos con incredulidad mientras se desarrollaba el caos. Sin embargo, en medio de la pérdida y la destrucción, un orgullo renovado, patriotismo y aprecio por las preciosas bendiciones de la vida y la libertad llenaron nuestra alma. Nos detenemos, por lo tanto, para recordar no solo nuestro dolor y tristeza de ese día, sino también nuestra voluntad, nuestra fortaleza y nuestra unidad y amor revitalizados por nuestros conciudadanos.
Desde la fundación de nuestra República, hemos proclamado la confianza en Dios Todopoderoso. La oración ha sostenido y guiado a los líderes y ciudadanos de esta gran nación en tiempos de paz y prosperidad y en tiempos de conflicto y desastre. Por lo tanto, es apropiado que recurramos nuevamente a nuestro Creador en busca de sabiduría, consuelo y paz en esta sombría ocasión, orando por aquellos que perdieron a sus seres queridos en el World Trade Center, en el Pentágono y en Shanksville, Pennsylvania, y por todos quienes soportan las heridas, visibles e invisibles, de estas tragedias. También oramos por nuestros socorristas que arriesgan sus propias vidas para rescatar a otros en peligro, y continúan haciéndolo día tras día, así como por nuestros hombres y mujeres en el ejército que protegen nuestra patria, sirviendo a una causa mayor que sí mismos.
Los Estados Unidos han sufrido muchas pruebas, sin embargo, pocos eventos han desafiado nuestra resolución como los eventos del 11 de septiembre de 2001. En ese fatídico día, nuestra fe fue desafiada, pero nunca se perdió; nuestra nación lloró, pero no pudo ser derrotada. A través de la devastación, salimos más fuertes. Durante estos días conmemorativos, que podamos unirnos en oración y recuerdo y hacer nuestra parte para asegurar que las generaciones futuras nunca olviden esta tragedia inconmensurable o nunca duden de la extraordinaria capacidad de recuperación de esta nación.
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