Es cierto que el virus que surgiĆ³ en China causa mucha inquietud entre las poblaciones, a veces hasta pĆ”nico. Es gente que sufre. Pero ¿y los que sufren la calamidad, el abandono, el hambre, el desamparo, la inhumanidad, casi el repudio de quienes viven en la frontera greco-turca, con un hilo de esperanza de poder pasar a Europa? Los sufrimientos no son solo de unos, sino que hay que mirar a todos, a todo el mundo.
Por esta razĆ³n el papa Francisco, el pasado dĆa 11, lanzĆ³ un grito a favor de quienes tienen otros sufrimientos: “No quisiera que este dolor (el coronavirus), esta epidemia tan fuerte, nos haga olvidar a los pobres sirios que estĆ”n sufriendo en la frontera entre Grecia y TurquĆa. Un pueblo que sufre desde hace aƱos. Deben huir de la guerra, la enfermedad y el hambre. No olvidemos a estos hermanos y hermanas. Muchos niƱos estĆ”n sufriendo allĆ”.
La situaciĆ³n de los migrantes y exiliados sirios en TurquĆa es muy deprimente: viven en la casi miseria, sin escuelas, alojados en campos de refugiados, sin trabajo, y cuando lo tienen son trabajos serviles. Y ahora que TurquĆa les ha abierto la frontera, no pueden volver a TurquĆa y tampoco pueden volver al escenario de la guerra en su paĆs, Siria: no pueden volver atrĆ”s. Quieren pasar la frontera con Grecia, como sea, a riesgo incluso de sus vidas. Un fuerte drama humano.
¡Pobre gente! Parece abandonada de todos, sin patria, sin futuro, sin comida: nadie los quiere. ¿Y el derecho humano al asilo? Europa ha mirado hacia otra parte y solo permite que pasen algunos niƱos y jĆ³venes, cuando hay decenas de millares hacinados en la frontera.
La UniĆ³n Europea, con sede en Bruselas, llegĆ³ a un acuerdo con TurquĆa para que este paĆs actuara como baluarte, como barrera, para los refugiados que se dirigen a Europa. A cambio, Europa paga 6.000 millones de euros (unos 6.300 millones de dĆ³lares) al gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan. Fue un acuerdo bastante vergonzante.
La guerra civil de Siria empezĆ³ en 2011, entre el gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Ćsad, y sus opositores que querĆan derribarlo en la llamada “primavera Ć”rabe”. Y desde entonces millones de sirios han huido de las bombas, las persecuciones, la guerra que todo lo arrasa. Y han huido principalmente hacia TurquĆa, el LĆbano, Jordania y, sobre todo, Europa.
Los Estados Unidos apoyaron a la oposiciĆ³n contra Bashar al Asad, el cual era apoyado directamente por IrĆ”n y por Rusia. Frente al gobierno sirio estaban tambiĆ©n una parte de los kurdos, un pueblo indo-iranĆ que vive entre TurquĆa, Irak, IrĆ”n, y Siria. Los kurdos, aliados de los Estados Unidos, llevaron buena parte de la lucha contra los terroristas del Estado IslĆ”mico que se hizo fuerte en algunas plazas de Siria, como la bella Alepo. Pero el rĆ©gimen de ErdogĆ”n considera que los kurdos son a su vez terroristas contra su paĆs.
Al dejar los Estados Unidos la zona, en 2019, los kurdos se encontraban solos y con una lucha no solo contra el gobierno sirio de Damasco, sino tambiĆ©n en su lucha contra TurquĆa y contra el Estado IslĆ”mico. ErdogĆ”n decidiĆ³ penetrar 30 kilĆ³metros dentro de territorio sirio para controlar el terrorismo.
Esta situaciĆ³n no agradĆ³ ni a Rusia, ni a IrĆ”n, que tiene frontera con TurquĆa, aliados de Damasco. EmpezĆ³ otra vez –si es que se habĆa apagado—la guerra de Siria: bombardeos, destrucciones y refugiados hacia TurquĆa. TurquĆa tenĆa el visto bueno de los Estados Unidos, siempre que la guerra causara pocos muertos. No fue asĆ. Era el aƱo 2019.
ErdogĆ”n, molesto con la UniĆ³n Europea porque no le apoyaba ni en la guerra de Siria ni en sus aspiraciones a formar parte de la UE. Al menos, pide, mantener una unidad aduanera con Europa. AmenazĆ³ –y cumpliĆ³– abrir las fronteras de los refugiados sirios hacia Europa, por la frontera con Grecia, un eterno adversario de TurquĆa, a pesar de ser ambos miembros de la organizaciĆ³n militar OTAN.
No actuĆ³ asĆ ErdogĆ”n con Bulgaria –miembro de la UE que tambiĆ©n tiene frontera con TurquĆa—despuĆ©s de un acuerdo estratĆ©gico con el presidente bĆŗlgaro, este mes de marzo en el palacio presidencial de Ankara, la capital de TurquĆa.
Un acuerdo de la semana pasada entre Rusia y TurquĆa, entre Vladimir Putin y ErdogĆ”n, se cerrĆ³ con un alto al fuego en la ciudad de Idlib. ¿Hasta cuĆ”ndo?
Los paĆses, con la crisis del coronavirus, si bien potente, no pueden vivir de espaldas al drama que ocurre en el tablero de Siria.
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