LA VOZ DE GOICOECHEA.- La hipertensión arterial tiene causas primarias y secundarias. Aunque suele ser difícil diagnosticar su origen, el tratamiento se suele basar en pautas generales y comunes, junto a los medicamentos.
¿Cuáles son las causas de la hipertensión arterial?
¿Cuáles son las causas de la hipertensión arterial?
A veces, no está claro de dónde provienen esos valores elevados de las cifras tensionales, sin embargo, padecemos sus consecuencias.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que, a su vez, resulta en un factor de riesgo para otros eventos cardiovasculares, como el infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular. Te contamos aquí cuáles son los orígenes más frecuentes de la enfermedad para aprender a controlarla.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que, a su vez, resulta en un factor de riesgo para otros eventos cardiovasculares, como el infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular. Te contamos aquí cuáles son los orígenes más frecuentes de la enfermedad para aprender a controlarla.
¿Qué sucede en el cuerpo hipertenso?
Una presión arterial normal es aquella que se ubica, como máximo, en 120 milímetros de mercurio para la tensión sistólica y 80 milímetros de mercurio para la diastólica. Por encima de dichos valores estamos ante un caso de hipertensión arterial.
La medición de los valores es artificial, es decir que la medicina ha elaborado esos parámetros para determinar cuándo hay irregularidades. Lo que se hace es, en realidad, medir la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias.
Estos valores de normalidad se actualizan y analizan con periodicidad por parte de las asociaciones mundiales dedicadas al tema. Los consensos son internacionales, nacionales o regionales, y también se redactan pautas para enfermedades específicas, como la insuficiencia renal o la diabetes.
El cuerpo hipertenso, de manera independiente a la causa que se encuentre detrás, sufre los efectos de manera crónica. La fuerza incrementada sobre las arterias las daña, lastimando el endotelio, que es la capa interna de los vasos.
El daño endotelial sucede de forma progresiva, contribuyendo a la aparición de trombos y coágulos. Esas heridas dentro del vaso estimulan la acumulación de células, plaquetas y sustancias fibrosas que enlentencen la circulación.
Esto explica por qué, más allá de la causas de la hipertensión arterial, el resultado final se asocia con infartos y accidentes cerebrovasculares. Se considera que esta enfermedad es el principal factor de riesgo cardiovascular que existe.
Una presión arterial normal es aquella que se ubica, como máximo, en 120 milímetros de mercurio para la tensión sistólica y 80 milímetros de mercurio para la diastólica. Por encima de dichos valores estamos ante un caso de hipertensión arterial.
La medición de los valores es artificial, es decir que la medicina ha elaborado esos parámetros para determinar cuándo hay irregularidades. Lo que se hace es, en realidad, medir la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias.
Estos valores de normalidad se actualizan y analizan con periodicidad por parte de las asociaciones mundiales dedicadas al tema. Los consensos son internacionales, nacionales o regionales, y también se redactan pautas para enfermedades específicas, como la insuficiencia renal o la diabetes.
El cuerpo hipertenso, de manera independiente a la causa que se encuentre detrás, sufre los efectos de manera crónica. La fuerza incrementada sobre las arterias las daña, lastimando el endotelio, que es la capa interna de los vasos.
El daño endotelial sucede de forma progresiva, contribuyendo a la aparición de trombos y coágulos. Esas heridas dentro del vaso estimulan la acumulación de células, plaquetas y sustancias fibrosas que enlentencen la circulación.
Esto explica por qué, más allá de la causas de la hipertensión arterial, el resultado final se asocia con infartos y accidentes cerebrovasculares. Se considera que esta enfermedad es el principal factor de riesgo cardiovascular que existe.
La presión arterial alta es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares crónicas, como el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular.
Causas de la hipertensión arterial
Podemos dividir a los orígenes de la hipertensión arterial en dos grandes grupos: causas primarias y secundarias. Las primeras son las que no tienen una explicación clara, y la ciencia no logra descifrar el por qué. En las segundas hay otra enfermedad que genera, como síntoma, la elevación de las cifras tensionales.
Podemos dividir a los orígenes de la hipertensión arterial en dos grandes grupos: causas primarias y secundarias. Las primeras son las que no tienen una explicación clara, y la ciencia no logra descifrar el por qué. En las segundas hay otra enfermedad que genera, como síntoma, la elevación de las cifras tensionales.
Primaria
También se conoce como hipertensión esencial y es la más frecuente. Los pacientes no suelen tener síntomas significativos y se enteran cuando sucede un evento agudo o se les mide la tensión arterial en un control aleatorio.
No está claro el origen de esta forma de la patología. Se sabe que hay cambios en los sistemas de renina y angiotensina, y que los vasos se contraen con más fuerza que en el resto de las personas, pero no hay una causa que pueda definirse como la prioritaria.
Lo más probable es que haya una interacción de factores, entre los que se cuentan los siguientes:
Genética: podrían existir mutaciones que expliquen la elevación de las cifras tensionales.
Peso corporal: el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para enfermedades metabólicas y cardíacas, por lo que un índice de masa corporal elevado incrementa el riesgo de hipertensión arterial.
Estilo de vida: los hábitos y las costumbres que tenemos en lo cotidiano poseen efectos sobre los valores tensionales. El consumo de sal y de azúcar, la hidratación, el sedentarismo y el estrés, así como la higiene del sueño, son claves en la explicación del equilibrio arterial.
También se conoce como hipertensión esencial y es la más frecuente. Los pacientes no suelen tener síntomas significativos y se enteran cuando sucede un evento agudo o se les mide la tensión arterial en un control aleatorio.
No está claro el origen de esta forma de la patología. Se sabe que hay cambios en los sistemas de renina y angiotensina, y que los vasos se contraen con más fuerza que en el resto de las personas, pero no hay una causa que pueda definirse como la prioritaria.
Lo más probable es que haya una interacción de factores, entre los que se cuentan los siguientes:
Genética: podrían existir mutaciones que expliquen la elevación de las cifras tensionales.
Peso corporal: el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para enfermedades metabólicas y cardíacas, por lo que un índice de masa corporal elevado incrementa el riesgo de hipertensión arterial.
Estilo de vida: los hábitos y las costumbres que tenemos en lo cotidiano poseen efectos sobre los valores tensionales. El consumo de sal y de azúcar, la hidratación, el sedentarismo y el estrés, así como la higiene del sueño, son claves en la explicación del equilibrio arterial.
Secundaria
Las causas de hipertensión arterial secundaria son enfermedades que tienen como signo añadido el valor elevado de presión. Esto significa que una patología provoca un cambio, el cual deriva en tensión arterial mayor a la esperada para la edad de la persona.
Esta forma es mucho menos frecuente que la primaria, y necesita un tratamiento acorde a la enfermedad de base. Muchas veces, solucionando la primera patología, los valores descienden y el paciente deja de ser hipertenso.
Entre las causas más frecuentes de hipertensión arterial tenemos las siguientes:
Enfermedad renal: el riñón regula el balance hídrico y el sistema de renina-angiotensina. Ambos son factores fundamentales del mantenimiento de la presión arterial, y su alteración redunda en desequilibrios.
Problemas de tiroides: el hipotiroidismo y el hipertiroidismo provocan, no siempre, hipertensión arterial. Las hormonas tiroideas están involucradas en la vasoconstricción y en la frecuencia cardíaca, por ende, su efecto cardiovascular es notorio. En los niños es de particular cuidado la situación.
Alcoholismo: las personas alcohólicas elevan su tensión arterial por el fallo hepático que genera el metabolismo del alcohol.
Alteraciones de la glándula suprarrenal: las glándulas suprarrenales elaboran hormonas y neurotransmisores, entre los cuales se cuentan la adrenalina y los corticoides. Ambos son hipertensivos, por lo que un tumor productor de sustancias sería generador de hipertensión.
Las causas de hipertensión arterial secundaria son enfermedades que tienen como signo añadido el valor elevado de presión. Esto significa que una patología provoca un cambio, el cual deriva en tensión arterial mayor a la esperada para la edad de la persona.
Esta forma es mucho menos frecuente que la primaria, y necesita un tratamiento acorde a la enfermedad de base. Muchas veces, solucionando la primera patología, los valores descienden y el paciente deja de ser hipertenso.
Entre las causas más frecuentes de hipertensión arterial tenemos las siguientes:
Enfermedad renal: el riñón regula el balance hídrico y el sistema de renina-angiotensina. Ambos son factores fundamentales del mantenimiento de la presión arterial, y su alteración redunda en desequilibrios.
Problemas de tiroides: el hipotiroidismo y el hipertiroidismo provocan, no siempre, hipertensión arterial. Las hormonas tiroideas están involucradas en la vasoconstricción y en la frecuencia cardíaca, por ende, su efecto cardiovascular es notorio. En los niños es de particular cuidado la situación.
Alcoholismo: las personas alcohólicas elevan su tensión arterial por el fallo hepático que genera el metabolismo del alcohol.
Alteraciones de la glándula suprarrenal: las glándulas suprarrenales elaboran hormonas y neurotransmisores, entre los cuales se cuentan la adrenalina y los corticoides. Ambos son hipertensivos, por lo que un tumor productor de sustancias sería generador de hipertensión.
La hipertensión arterial es secundaria cuando se produce como signo de otras enfermedades.
Encontrar la causa de hipertensión arterial es difícil
Ya sea que se trate de una hipertensión arterial primaria, o de una secundaria derivada de otra patología, el diagnóstico no es tan fácil. Si bien la medición de las cifras puede ser realizada por cualquier persona, inclusive con aparatos electrónicos que vienen para tal fin, la investigación posterior es ardua.
Es importante descartar las causas secundarias para determinar que se trata de una hipertensión primaria. En ese caso, cambios en el estilo de vida y un plan farmacológico colisionarán para abordar el problema.
FUENTE MEJORCONSALUD
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Ya sea que se trate de una hipertensión arterial primaria, o de una secundaria derivada de otra patología, el diagnóstico no es tan fácil. Si bien la medición de las cifras puede ser realizada por cualquier persona, inclusive con aparatos electrónicos que vienen para tal fin, la investigación posterior es ardua.
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