-Emprendedora pasó de hacer lazos a mascarillas
-Un papá emprendedor que está en todas y se anima salir de su zona de confort
*Melissa Rodríguez
Buscar otra forma de hacer negocio Damaris Chavarría y su hija Elena Rodríguez, tenían un salón de belleza en Heredia desde hace más de 20 años. Con la COVID-19, en pocas semanas tuvieron que cerrar el local y usar la casa como lugar de trabajo, lo que tampoco dio el resultado esperado. Entonces, inspiradas en una huerta de la casa emprendieron nuevamente con Huertitas Costa Rica.
“El salón de belleza que teníamos para vivir no estaba funcionando, tuvimos que pensar en otra forma de obtener un ingreso familiar. Llamé a una amiga que es ingeniera agrónoma para que nos aconsejara y empezamos con el nuevo proyecto. Poco a poco con iniciativas como los miércoles de emprendedores de Monge nos hemos dado a conocer y hemos visto una diferencia económica importante”, explicó doña Elena.
De lazos a mascarillas
Eugenia Monge Orozco, es otra emprendedora que usó su creatividad para salir adelante. Ella hacía lacitos para niñas, sin embargo, sus ventas bajaron drásticamente. Con la liberación del patrón para hacer mascarillas por el Ministerio de Salud Pública, doña Eugenia no dudó en renovar su negoció y coser mascarillas reutilizables con filtro.
“A raíz de la COVID-19 todas las ferias se cancelaron y las plataformas para darnos a conocer eran limitadas. Las personas debemos tener fe, animarnos a buscar iniciativas como los miércoles de emprendedores para ofrecer nuestros productos y ayudarse económicamente en estos tiempos tan difíciles”, compartió doña Eugenia.
Salir de la zona de confort
Eduardo Castro, vecino de Acosta, tiene un emprendimiento de productos apícolas. Lamentablemente por la falta de plataformas de venta, desde que empezaron a implementar las medidas para evitar la propagación de la COVID-19 en el país, no había podido vender ni un solo producto hasta que inició el miércoles de emprendedores de Monge.
Su experiencia con Monge fue diferente ya que le ofrecieron la posibilidad de instalarse en una tienda de la comunidad, sin embargo, para aumentar su cartera de clientes, solicitó que lo enviaran a una tienda más lejos. Actualmente, don Eduardo, le transmite a su hija de 13 años, la pasión por su emprendimiento y busca cada día superarse para apoyarla.
El programa de miércoles de emprendedores ha apoyado a los trabajadores independientes brindándoles por más de 10 semanas, un espacio para ofrecer sus productos en las tiendas Monge.
Al ser este programa una iniciativa solidaria, Monge nunca percibió ningún ingreso. Esta plataforma ayudó a los empresarios a dar a conocer su negocio, ampliar sus ventas y ser contactados posteriormente por clientes interesados en comprar sus productos.
“Durante las 10 semanas de miércoles de emprendedores se benefició a más de 150 emprendedores”, finalizó Fernández.
*Periodista
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