Por Gerardo A. Pérez Obando, (Gapo)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- En nuestro diario trajÃn ejecutamos múltiples diligencias con la intención de resultados sin alteraciones como el engranaje del reloj. Sin embargo de vez en cuando las actividades programadas, sean cotidianas o profesionales, las vemos salpicadas con resultados inversos a lo esperado emergiendo normalmente dos expresiones:
-Solo a mà me suceden estas cosas, o, -¿por qué a mÃ?
Debemos indicar que no estamos sola/os porque nadie está exento de sufrir estos inconvenientes, por lo contrario, debemos conocerlos como prevención por ser situaciones casi que inevitables.
La tostada siempre cae con la mantequilla hacia abajo, la otra fila siempre avanza más que la nuestra, el tráfico siempre se mueve más rápido en el otro carril, la información importante de un mapa o plano está siempre en el doblez o en el borde, los taxis vacÃos pasan a cada rato cuando no los necesitamos, los calcetines siempre están pareados pero cuando requerimos uno en especial no encontramos el otro…las cosas nos salen mejor cuando nadie nos observa...
El ingeniero espacial Edward Aloysius Murphy formuló su ley en 1949 después de descubrir que estaban mal conectados todos los electrodos de un arnés para medir los efectos de la aceleración y deceleración en pilotos.
Murphy se encargó de analizar acontecimientos enfatizando en lo negativo porque era importante considerar todas las posibilidades antes de hacer una prueba, instaurando asà la ley que simplemente dice: “si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Murphy consideraba su descubrimiento como la cristalización de un principio clave de diseño defensivo en el cual siempre se debe considerar el peor de los escenarios posibles pero no le gustaba la interpretación simplista que hacÃan de su ley que fue vista como el espÃritu de contradicción de los objetos inanimados con muchas versiones chistosas.
Murphy, según relatos de su hijo, consideraba a las versiones jocosas del precepto como ridÃculas, triviales y erróneas. Sus tentativas fracasadas de hacer que la ley fuera tomada más en serio sólo lograron convertirlo en una vÃctima de su propio código.
La ley fue cobrando relevancia conforme la ciencia de la administración industrial progresaba debido a situaciones entrópicas, especialmente cuando el control de calidad tomó caballo para que los proyectos trataran de salir sin o minimizaran fallas.
De la misma forma la ciencia de la administración recomienda algunas prevenciones para tratar de vencer la ley de Murphy:
Tener siempre un plan B o una alternativa para cada acción que tengas planeada.
Evitar el fatalismo y el desánimo porque los fallos técnicos son inevitables y en cuanto suceden se deben subsanar.
Trabajar en equipo.
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