Por Alberto Cabezas
LA VOZ DE GOICOCHEA.- “Mi testimonio de vida lo más hermoso es haber conocido a Cristo como mi único Salvador. Él me salvo de la muerte. Cuando fui secuestrada en México, soy de honduras. Pero mi esposo me trajo para Chile. Sali de Hondura junto con un grupo de personas entre ellas mi sobrina. Cuando llegamos a Tabasco allí el caballero que nos guiaba se regresó con todos los demás yo y mi sobrina continuamos. Fue en el año 2005. Un primo que vive en Reinosa nos guio, pero cuando íbamos en el bus me bajo la policía mexicana. Éramos 5 fuimos vendidos a una mafia de tratas de personas. Ellos se encargaban de contactar a los familiares que pedían un dinero y luego lo pasaban por el río. Fuimos llevados a una casa donde había muchas personas centroamericanas jóvenes y mujeres,” alega Margarita Guillén Amaya, quien es ama de casa.
“Allí tuve mi primer problema el jefe se fijó en mí y me acosaba yo lo que hice fue orar a mi Dios. Hacia oraciones junto a los que se encontraban sufriendo en ese lugar. Comenzaron a pedir dinero por mí. Mis familiares en EE.UU. no quisieron enviar nada porque decían que siempre me matarían. Mi única alegría era mi Cristo. En una ocasión ese hombre me llamo me mostro una calavera era la santa muerte. Me dijo deja de orar a ese Dios adora a este. Yo le dije que el Señor te reprenda demonio yo solo adoro a mi Dios” alego.
Agregó, “Yo pasé once días en ese lugar, gracias al Señor no abusaron de mí porque en ese tiempo andaba el mero jefe de ellos era un americano. Estando allí el caballero, no podía hacer nada con nadie. Pero si sufrió mucho acoso. Cuando paso el tiempo de estar allí porque mi madre consiguió el dinero, solicito un préstamo y me lograron sacar de allí. Pero el hombre se hacía duro no quería que yo saliera. Pero el Señor me sacó de la muerte. Incluso cuando íbamos en el auto y nos sacaron de allí nos dijeron “corran porque atrás viene la policía”. Pero nosotros corrimos por un camino a la orilla del río Bravo. Entonces, éramos 5 los que salimos ese día. Entonces, cuando llegamos a un lugar, solicitamos a sus habitantes como eran 4 hombres, un niño y yo éramos, que nos dieran donde quedarnos esa noche para pasar lugar a Río Bravo”.
Entrevista
¿Sintió confianza en quedarse en una casa de desconocidos cuando la liberaron del secuestro?
Él Señor hablo a mi vida y me dijo en mi corazón “regrésate”. Porque a mi el Señor me habla.
Entonces, les dije a los demás ex secuestrados “yo no me quedo, yo me regreso” y me dijeron porque “tonta, si estamos a un paso”. Yo les dije “Porque el Señor me está hablando y dice que nos regresemos”. Yo corrí, recé y todos salieron detrás de mí y estaban los autos esperando allí y dijeron “¿Porque corrieron tanto?
Al final, me di cuenta que era la policía porque allí hay una mafia muy grande.
¿En Honduras hay muchos secuestros?
Mucha gente migrante pasa por este tipo de situaciones, nadie se da cuenta, la gente paga y sale todo queda como el anonimato.
¿Qué mensaje le darías a los familiares de personas secuestradas?
Que deben orar mucho y tener mucha fe en Dios.
¿Cuál sería la mejor forma para rehabilitar a los que practican secuestros?
Darles a conocer a Jesucristo como su único Salvador y orar por ellos para que Dios tenga misericordia de ellos.
¿Se deben endurecer la prisión para este tipo de personas?
Así, es en Honduras hay mucha maldad.
A diario se están viendo muchos desaparecidos.
La maldad se ha incrementado tal como lo dice la Biblia.
El amor de muchos se enfriará
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