Por Gerardo A. Pérez Obando (Gapo)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Para demostrar la velocidad de propagación de la electricidad en 1746 el religioso y científico francés Jean Antoine Nollet reunió casi dos centenares de monjes en un círculo con una circunferencia aproximada a kilómetro y medio unidos entre sí con trozos de alambre de hierro.
Descargó una batería de botellas de Leyden, considerado el primer condensador eléctrico para observar que a la acción se manifestaba una reacción simultánea en cada uno de los frailes.
Desde 1753 Europa hizo intentos para desarrollar sistemas de comunicación rápida utilizando elementos químicos para producir electricidad pero debido a los costos elevados por la complejidad de ejecutarlos se abandonaron.
En 1799 el químico y físico italiano Alessandro Volta inventó la pila eléctrica permitiendo el suministro continuo de la corriente con lo cual se convirtió en una fuente de baja tensión mucho menos limitada que la descarga momentánea de la máquina electrostática de Leyden. Este acumulador fue el único método conocido hasta el surgimiento de fuentes artificiales de electricidad.
En 1829 en Norteamérica Joseph Henry construyó el primer telégrafo pero sin patentarlo; sin embargo, colaboró con Samuel Morse quien con su código se convirtió en el impulsor. El 1 de enero de 1845 Morse y su socio Alfred Vail inauguraron la primera línea telegráfica entre Washington y Baltimore.
A partir de ese momento el telégrafo Morse-Vail se difundió rápidamente en las siguientes dos décadas ya que era un sistema de comunicación que permitía transmitir con rapidez y a larga distancia mensajes cuyo requisito de operación era conocer el alfabeto o código utilizado.
Paradójicamente el mismo código transformó la iniciativa. Mientras trabajaba en Central and South America Telegraph and Cable Company en Chile alrededor de 1900 el inventor canadiense Frederick G. Creed ideó un equipo semejante a una máquina de escribir con el cual cualquiera accedía al código Morse sin conocimiento previo con solo oprimir un carácter en el teclado lo cual automatizó de inmediato la simbolización telegráfica. Además originó el sistema de impresión automática de alta velocidad Creed imprimiendo 200 palabras por minuto, sin precedente en la época.
Así nació el teletipo revolucionario aunque con la limitante de continuar como dispositivo esclavo, punto a punto o un canal de comunicación simple dependiente del par de cables telegráficos.
Para 1850 el telégrafo eléctrico se había expandido en América del Norte, Inglaterra y muchas partes de Europa pero el posteado victorioso en tierra, sucumbía al llegar al océano. Ante el reto y necesidad de un acercamiento mayor se inicia la era de cables submarinos.
Posteriormente el telégrafo soltó amarras para funcionar sin cables asociado con la radio. Se le llamó telegrafía sin hilos o inalámbrica, usado para designar los primeros sistemas de telegrafía “radial” por comunicarse a través de sus ondas.
Para 1935 el enrutamiento fue el último obstáculo para la automatización completa. Las grandes empresas proveedoras de equipos de telegrafía comenzaron a desarrollar sistemas que utilizaban marcación rotativa similar a los teléfonos de disco para conectar teletipos.
Para lograrlo se efectuaba una marcación por pulsos para la conmutación de circuitos permitiendo que hasta 25 equipos se acoplaran en solo un canal telefónico de larga distancia.
De esta manera, los teletipos fueron sustituidos por el télex, cuyo origen es la abreviatura de la expresión inglesa TELegraph EXchange.
El télex fue sustituido por el facsímil o fax, patentado en 1888 por Alexander Bain en Inglaterra pero en modo de espera hasta 1915 que se desarrolló el repetidor telefónico para transferir a larga distancia de cuya bondad se aprovechó el servicio.
Hacia 1980 Japón comienza a producir y comercializar terminales fax a bajo costo.
La telegrafía fue entrando en desuso cuando en 1984 el ingeniero finlandés Matti Makkonen inventó el servicio de mensajes cortos (SMS por “Short Message System”), implantado en las redes de la telefonía móvil y posterior creación del correo electrónico mediante la red internet permitiendo que los usuarios de las mallas de telecomunicaciones comenzaran a transmitir mensajes sin intermediarios.
El telégrafo por su formato escueto fue orientado hacia noticias, servicio militar o gubernamental aunque aprovechado por la población civil. Como aliado natural del correo postal también le dedicaron muchas canciones.
Ante el desplace de la tecnología las empresas abandonaron un negocio brindado por mucho tiempo. La era telegráfica cedió paso a la telefónica.
Dos empresas que brindaron el servicio por más de siglo y medio debieron clausurar operaciones debido al giro tecnológico.
En los Estados Unidos de Norteamérica la compañía Western Union clausuró sus servicios telegráficos el 27 de enero del 2006 y la empresa estatal de India, Bharat Sanchar Nigam Limited el 14 de julio del 2013. Según información de ese entonces era la última red de telegrafía activa en el mundo.
Por si alguien desea revivir la época, en nuestro caso Correos de Costa Rica de acuerdo con su página WEB, aún brinda el servicio.
Fuente: Internet
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4 Comentarios
Don Gerardo, cuando yo era muy pequeño recuerdo que en la Ciudadela R. Facio, en las cercanías de la plaza de deportes había un rótulo en una casa que decía 'Telegrafo'. Qué sabe usted al respecto.
ResponderBorrarSaludos don Danilo, gracias por su participación. Le invito a buscar en la sección "Personajes" de La Voz de Goicoechea la reseña histórica de don Víctor Manuel Hidalgo Carranza, donde nuestro emblemático vecino narra la historia y respuesta a su inquietud. Gracias por el interés en nuestra historia local.
BorrarExcelente artículo. Costa Rica lo utilizó a principios del siglo pasado. Mi abuelo fue telegrafista en La Mansión, Nicoya.
ResponderBorrarGracias Patricia, de la ivestigación "Redes de cables, claves y postes. El telégrafo como medio de comunicación en el siglo XIX en Costa Rica" de la Dra. Patricia Vega Jiménez indica en la página 15 que en1878 se crea en San José la escuela de telegrafía y se imparten clases en los principales colegios de segunda enseñanza en San José, Heredia, Cartago, Alajuela, Puntarenas, Liberia y Bagaces.
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