Por Luis Jiménez
Un escrutinio de 74,99% de los votos daba a Ortega como ganador de las elecciones presidenciales de Nicaragua el pasado fin de semana, sumando a eso la poca oposición que el candidato tenía y la abstención de los ciudadanos aunado al total rechazo internacional por su reelección.
Dentro de la nación se conoce que la creencia más perseguida por el gobierno es el cristianismo seguida del catolicismo, ya que las autoridades consideran que tanto pastores como sacerdotes “son un daño para su país”, según lo citado en un artículo de Evangélico Digital.
Un ejemplo de ello es la periodista cristiana Lucía Pineda, quien ha sido arrestada en varias ocasiones con otros colegas debido a las constantes denuncias hechas a través de la comunicación sobre la falta de libertad que hay en su país.
“Yo tengo mi fe en Dios que Nicaragua va a ser libre. Y de ayer quedó más demostrado la convicción de un pueblo nicaragüense que quiere una libertad sin balas, una libertad sin armas, una libertad de forma cívica y una verdadera elección y no una farsa, el circo que montaron ayer”, dijo Pineda junto a un grupo de diputados de Costa Rica.
Según las denuncias internacionales hechas por personalidades como el secretario de estado de Norteamérica, Antony Blinken, no existe una oposición real que pueda enfrentarse a Ortega y que trata de encarcelar a todos los candidatos existen que se postulan a su cargo.
“El gobierno de Ortega ha privado a los nicaragüenses de cualquier opción real al disolver todos los partidos genuinos de oposición y encarcelar a todos los principales candidatos presidenciales. Esta represión y manipulación electoral, ampliamente denunciada por los nicaragüenses y la comunidad internacional, despojó a la votación del 7 de noviembre de cualquier significado real”, expreso Blinken en una declaración sobre los recientes comicios.
Por su parte, Amnistía Internacional rechazó el triunfo de Ortega ya que lo considera como “un nuevo y terrible ciclo para los derechos humanos, debido a que han implementado una estrategia que garantiza impunidad ante sus diversos crímenes”.
Otros gobiernos de países como España o Alemania también resaltan que las condiciones que unas elecciones debe tener allí no fueron cumplidas, ya que las garantías exigibles estaban carentes, por lo que no hubo “ni justicia ni libertad”.
Las comunidades religiosas dentro del país han sido una de las más afectadas en los 3 años en los que el presidente Ortega ha estado en el cargo, debido a las múltiples muestras de represión impuestas hacia ellos, en las que destacan las acciones violentas de los cuerpos policiales y militares.
Distintas fuentes dentro del país y que Evangélico Digital citó hace unos dos años evidencian que todos ellos al igual que otros creyentes perseguidos temen por su vida, en donde no hay distinción de creencia sino represión por no apoyar una voluntad política.
Con la ayuda de Dios esperamos que Nicaragua y sus autoridades puedan volver su corazón a Dios haciendo que haya un cambio genuino por el bien de la población total.
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