Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Dios si solo nos promete fortalecernos y ayudarnos. Sin embargo, el hombre es un ser tripartito: Espíritu-Alma-Cuerpo y cada una de estas partes puede someterse al ayuno:
• Ayuno físico: Cuando dejas de satisfacer tu cuerpo absteniéndote de comida material y/o agua.
Un ayuno prolongado puede llevar a la muerte física pero cuando es balanceado produce en nosotros sensibilidad al Espíritu de Dios.
Fortaleciendo nuestro hombre espiritual generando dominio propio.
• Ayuno del alma: Cuando retiras algo que te produce placer, satisfacción de alguna forma.
Este tipo de ayuno te lleva a la muerte de tu YO y al fortalecimiento de tu hombre espiritual pues genera Dominio Propio.
• Ayuno del espíritu del hombre: Cuando dejas de nutrir a tu espíritu este tipo de ayuno puede llevarnos a la muerte espiritual, fortalece a la Carne y el Alma.
No se trata del ayuno establecido por Dios sino del ayuno producido por nosotros mismos al descuidarnos en lo espiritual.
II. El ayuno establecido por Dios
Es la abstención parcial o total de cualquier elemento que trae satisfacción a nuestro cuerpo y alma, cuerpo por un tiempo determinado.
Es una disciplina espiritual, que fortalece nuestro espíritu y así el alma y la carne se someten al Espíritu Santo activando el poder de Dios provocando en nosotros mayor peso de Gloria que se manifiesta en unción a los que nos rodean.
Podemos decir que el ayuno es un ejercicio espiritual.
También se define como ayuno al periodo de tiempo en que se practica esta disciplina.
Es un acto de dependencia de Dios.
El ayuno reduce el poder del yo (para que el Espíritu Santo pueda hacer una obra más intensa dentro de nosotros.)
No se conoce ejemplo de ayuno en el tiempo de los patriarcas, ni es parte de los 10 mandamiento en el Pentateuco.
El primero que ayunó en la palabra fue Moisés en el Sinaí, donde estuvo “cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan, ni beber agua”.
Éxodo 34:28. Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.
Aunque no encontramos el ayuno como parte de los 10 mandamiento si encontramos ejemplos de muchos hombres de Dios que utilizaban esta disciplina en sus vidas o indicaban al pueblo la necesidad de realizarla.
El Señor Jesús no ordenó que se ayunar, sino que daba por sentado que sus seguidores lo harían. La Iglesia primitiva ayunaba.
Muy Buenas días.
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