Por Luis Jiménez
Tal vez parezca inaudito, pero es real. Es muy probable que un equipo que representa a un caserío del cantón de Lepanto en Puntarenas culmine la construcción de un centro de alto rendimiento para el desarrollo de talentos antes que otros 10 clubes de Primera División.
Con excepción de Alajuelense, ningún otro equipo tiene su propio ‘CAR’ finalizado, pero Jicaral está muy cerca, a pesar de que es una institución con pocos años en la división de honor y que representa a una comunidad muy pequeña, ubicada en la Península de Nicoya.
«Además de impulsar el fútbol nacional y las ligas menores de nuestro equipo, la idea es que la gente se dé cuenta de que no solo la Liga puede hacer el inmueble, que todos los equipos que se lo proponen pueden hacerlo. Nosotros que somos pequeños lo hacemos, como no van a poder otros equipos», afirmó el presidente de Jicaral, Roy Barrantes, empresario dueño de distintos supermercados.
Aunque parece una ‘quijotada’ construir un CAR en Jicaral, lo cierto es que la idea del complejo nació desde hace rato, cuando Barrantes adquirió una propiedad en la zona para desarrollar un proyecto deportivo en el 2017, cuando buscaban el ascenso a Primera.
Barrantes soñaba con un estadio, pero luego decidió cambiar de objetivo y volcó su mirada hacia un ‘CAR’, que sería elaborado en distintas etapas y hoy en día empieza a ver la luz.
Su nombre oficial es el Centro Integral de Alto Rendimiento (CAIR) y se ubica a casi un kilómetro del estadio de la Asociación Cívica Jicaraleña.
En principio, construyó una cancha natural y hace apenas un mes estrenó la segunda gramilla, pero en este caso sintética. Aprovechó una buena oportunidad de mercado cuando le ofrecieron un césped ‘de segunda’, pero con muy poco uso.
Luego creó un gimnasio para el primer equipo y las divisiones inferiores y posteriormente unos contenedores que ya se instalaron y en poco tiempo se transformarán en camerinos.
También compró los postes para la iluminación de las canchas y dentro de tres meses pretende hacer la inversión de la instalación eléctrica y las luces.
Luego, se realizará una especie de segunda etapa bastante ambiciosa.
Se construirá un segundo piso para elaborar un complejo habitacional. El objetivo es albergar a 30 jóvenes de las fuerzas básicas y desarrollarlos en el complejo.
Por último, se creará en el entrepiso del gimnasio un salón grande con comedor, sala de juegos y salones de clases, de manera en que se combinen los estudios con el fútbol.
Barrantes visualiza la conclusión del proyecto en alrededor de un año, aunque se aproxima otro desafío aún mayor: Cumplir los objetivos por los que se creó el complejo.
«El objetivo es que del semillero nuestro tengamos la primera exportación directa dentro de cinco años. Hay que reclutar chamacos de 15 años o menos para potenciarlos a los 19 y pensar en venderlos antes de que lleguen a Primera», contó Barrantes.
El jerarca de Jicaral optó por no revelar el monto total de la obra, pero insiste en que construirla es posible con orden y prioridades claras.
Es decir, si se separa un porcentaje del presupuesto para desarrollar las fuerzas básicas, en lugar de invertirlo todo en el primer equipo.
«Es una cuestión de orden porque los clubes no le dan la prioridad a las ligas menores, prueba de eso es porque estamos como estamos, un mercado muy limitado», concluyó.
Los comentarios expresados en las secciones de opinión, reclamos del pueblo, campos pagados, negociemos y en la opinión de los lectores y comentarios de terceros al final de las notas o en las páginas de redes sociales, son responsabilidad exclusiva de sus autores. La Voz de Goicoechea (www.lavozdegoicoechea.info) es un medio de comunicación independiente, y no toma como suyas dichas opiniones por lo que no se responsabiliza por el contenido emitido por terceros.
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«Además de impulsar el fútbol nacional y las ligas menores de nuestro equipo, la idea es que la gente se dé cuenta de que no solo la Liga puede hacer el inmueble, que todos los equipos que se lo proponen pueden hacerlo. Nosotros que somos pequeños lo hacemos, como no van a poder otros equipos», afirmó el presidente de Jicaral, Roy Barrantes, empresario dueño de distintos supermercados.
Aunque parece una ‘quijotada’ construir un CAR en Jicaral, lo cierto es que la idea del complejo nació desde hace rato, cuando Barrantes adquirió una propiedad en la zona para desarrollar un proyecto deportivo en el 2017, cuando buscaban el ascenso a Primera.
Barrantes soñaba con un estadio, pero luego decidió cambiar de objetivo y volcó su mirada hacia un ‘CAR’, que sería elaborado en distintas etapas y hoy en día empieza a ver la luz.
Su nombre oficial es el Centro Integral de Alto Rendimiento (CAIR) y se ubica a casi un kilómetro del estadio de la Asociación Cívica Jicaraleña.
En principio, construyó una cancha natural y hace apenas un mes estrenó la segunda gramilla, pero en este caso sintética. Aprovechó una buena oportunidad de mercado cuando le ofrecieron un césped ‘de segunda’, pero con muy poco uso.
Luego creó un gimnasio para el primer equipo y las divisiones inferiores y posteriormente unos contenedores que ya se instalaron y en poco tiempo se transformarán en camerinos.
También compró los postes para la iluminación de las canchas y dentro de tres meses pretende hacer la inversión de la instalación eléctrica y las luces.
Luego, se realizará una especie de segunda etapa bastante ambiciosa.
Se construirá un segundo piso para elaborar un complejo habitacional. El objetivo es albergar a 30 jóvenes de las fuerzas básicas y desarrollarlos en el complejo.
Por último, se creará en el entrepiso del gimnasio un salón grande con comedor, sala de juegos y salones de clases, de manera en que se combinen los estudios con el fútbol.
Barrantes visualiza la conclusión del proyecto en alrededor de un año, aunque se aproxima otro desafío aún mayor: Cumplir los objetivos por los que se creó el complejo.
«El objetivo es que del semillero nuestro tengamos la primera exportación directa dentro de cinco años. Hay que reclutar chamacos de 15 años o menos para potenciarlos a los 19 y pensar en venderlos antes de que lleguen a Primera», contó Barrantes.
El jerarca de Jicaral optó por no revelar el monto total de la obra, pero insiste en que construirla es posible con orden y prioridades claras.
Es decir, si se separa un porcentaje del presupuesto para desarrollar las fuerzas básicas, en lugar de invertirlo todo en el primer equipo.
«Es una cuestión de orden porque los clubes no le dan la prioridad a las ligas menores, prueba de eso es porque estamos como estamos, un mercado muy limitado», concluyó.
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