La leyenda de los “atrapasueños” es interesante, antigua y atractiva. Según la tradición comenzó en sur de las tierras actuales de Canadá y el norte del medio oeste de los Estados Unidos con los nativos de nuestro continente. Los Ojibwa hablaban de una mujer araña llamada Asibakaashi quien protegía a la niñez de la etnia. Con la expansión del pueblo también llamado Chippewa la tarea de la mujer aradora se complicó por la inmensidad del área a resguardar por lo que Asibakaashi reveló a las abuelas y madres su gran secreto. Les enseñó a tejer pequeñas redes con propiedades mágicas que atrapaban malos sueño y pesadillas protegiendo a la/os niños para descanso placentero y un desenvolvimiento diario feliz.
LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando, GAPO).- El atrapasueños de nuestra hija llegó a sus manos el día festivo de su cumpleaños por obsequio de la tía Vanessa quien tenía varios días de prepararlo. Apartando el restante de regalos dedicó tiempo observando de cerca el círculo con una red de telaraña y atrayentes plumas que con diferentes colores combinaba con cuentas brillantes. De inmediato lo colgó en su cuarto en dirección a la almohada.
Conoció a Leonardo entre semana. Un poco apresurada se apersonó al centro comercial. Su primera sorpresa fue encontrarse con sus padres. La segunda fue que conversábamos con un desconocido, pero no extraño, para ella, personaje.
Después del saludo soltó la interrogante. ¿Qué se hizo Leo…? - Preguntaba por el área de cines, señalando la ruta, contestó una niña sonriente a nuestro lado. -Ya nos vemos dijo ella mientras apresuraba el paso. Sonrió al descubrir los dinosaurios estampados en la mochila de Leo antes de alcanzarlo. Leonardo volvió la mirada al escuchar repetidamente su nombre.
Lo más cercano que ella había estado de él fue una vez en el puerto de Tánger cuando escuchó en varios idiomas al guía berebere mientras recorría el viejo casco antiguo instruyendo a la/os turistas de seguir la gira normal en el caso de encontrar camarógrafos porque en esos días filmaban escenas en el área de una película aprovechando escenas del Estrecho de Gibraltar y Marruecos.
Leonardo hizo señales a un distanciado acompañante quien gentilmente se acercó a tomarle varias fotos retornándole a ella el dispositivo. Al percatarse de su facha informal le preguntó si le daría tiempo para volver mejor ataviada…
A la salida del centro comercial sus horas se introdujeron en el torbellino de acontecimientos de la vida diaria y al percatarse del atraso desistió del retorno con el consuelo de que posiblemente a Leo ya no encontraría.
…El calor de tibias manos acariciando sus mejillas antes de abrir los ojos junto a un llamado distante que lentamente fue aumentando…mamá…mamá fue el llamado de su hijo Mariano quien con el inseparable salveque de dinosaurios la sacaba de sus sueños para emprender otro día placentero.
Algunos días después la familia ingresaba a las salas de cine. David, su esposo señaló la gigantografía del actor Leonardo DiCaprio sonriente anunciando un estreno simultáneo en varios países, Costa Rica incluida.
…Ves que no era “paja” le exteriorizó Karla…pellizcando suavemente una mejilla en la foto de Leonardo…jactanciando:
…chao Leo…
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