El exceso de frituras,
embutidos, refrescos azucarados y pan blanco convierte a la dieta diaria en un
campo minado para el corazón. Estas grasas y azúcares nocivos aumentan el
riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos y derrames cerebrales, males
que hoy figuran entre las principales causas de muerte en el país
Lo más alarmante es que
incluso alimentos aparentemente inofensivos —como el arroz blanco o las
galletas saladas—, cuando se consumen en exceso y sin balance, terminan siendo
parte del problema.
No obstante, existen
aliados naturales al alcance de todos: avena, aguacate, pescado, frutos secos,
aceite de oliva y vegetales verdes son escudos protectores contra el colesterol
malo. Cambiar la manteca por aceite de oliva, reducir la ingesta de chorizo y
salchichón, y sustituir las gaseosas por agua o refrescos naturales, puede
marcar la diferencia entre una arteria sana y una obstruida.
Más que prohibir
alimentos, los especialistas llaman a buscar un equilibrio inteligente.
Ejemplos sencillos bastan: acompañar el arroz con frijoles negros —ricos en
fibra— y evitar la bebida azucarada que suele ir al lado. Pequeños ajustes
diarios pueden convertirse en grandes aliados de la salud a largo plazo.
Obesidad: cómo los hábitos
diarios marcan la diferencia
La obesidad, considerada
ya una epidemia silenciosa en Costa Rica, va mucho más allá de la genética o la
comida que se sirve en la mesa. La rutina moderna es un caldo de cultivo:
largas horas frente a pantallas, escaso movimiento físico, falta de sueño y
altos niveles de estrés crean el terreno perfecto para el aumento de peso.
En la niñez y
adolescencia, la situación es clara: cada vez más jóvenes prefieren el celular
o la computadora a los juegos al aire libre. Entre adultos, las largas jornadas
laborales y la comida rápida como solución exprés se han vuelto costumbre
peligrosa.
Pero no todo está perdido.
Acciones simples pueden marcar una gran diferencia: caminar 30 minutos al día,
dormir al menos siete horas, reducir el tiempo frente a pantallas y mantener
horarios regulares de comida son prácticas básicas que ayudan a mantener un
peso saludable.
La obesidad no solo afecta
la autoestima, también dispara el riesgo de diabetes, hipertensión y problemas
cardíacos.
Además, este no es un reto
individual sino social. ¿De qué sirve recomendar ejercicio si los barrios
carecen de aceras seguras o de parques adecuados? ¿Cómo pedir que se consuman
más frutas y vegetales si el precio de una ensalada supera al de una hamburguesa?
El entorno importa, y mucho.
Por eso, más allá de las
decisiones personales, se requieren políticas públicas que fomenten espacios
seguros para ejercitarse, campañas de educación nutricional y medidas que
vuelvan más accesibles los alimentos saludables.
La salud no debería ser un privilegio. El reto está en lograr que cuidarse sea posible —y sostenible— para todos.
*
Los comentarios expresados en las secciones de opinión, derechos de respuesta, reclamos del pueblo, campos pagados, negociemos, y en la opinión de los lectores y comentarios de terceros al final de las notas o en las páginas de redes sociales, son responsabilidad exclusiva de sus autores. La Voz de Goicoechea (www.lavozdegoicoechea.info) es un medio de comunicación independiente, y no toma como suyas dichas opiniones por lo que no se responsabiliza por el contenido emitido por terceros. Todas las imágenes que muestra este medio, se utilizan solo con fines ilustrativos, por tanto se respetan todos los derechos de autor según corresponda en cada caso, siendo nuestra principal labor de la informar a nuestros lectores.

https://www.paypal.me/LaVozdeGoicoechea
For more information, please write to us at: soporte@lavozdegoicoechea.info
nos interesa tú opinión al respecto. Te invitamos a participar...
Miembro de la Red de Medios Alternativos Independientes - REDMAI
Goicoechea, San José - Costa Rica
0 Comentarios
Queremos ver tus comentarios, estos nos enriquecen y ayudan a mejorar nuestras publicaciones :
_______________________________________________