LA VOZ DE GOICOECHEA.- La película costarricense Güilas fue vista por 17.290 personas durante el primer fin de semana que estuvo en cartelera en 26 cines ubicados en todo el país, de modo que casi alcanza a la cinta Italia 90, que sumó 20.283 personas.
Tal y como lo dio a conocer La Prensa Libre, el largometraje, de Sergio Pucci, contó con la producción de Juan Burú Producciones para completar un total de siete cortos.
Los protagonistas son 15 niños y niñas: Carlos José Molina, Hannah Briceño Mora, Joshua Sánchez Moreira, Zay Brown, Clenson Vargas Smith, Jean Carlo Vega Brenes, Axel y Ariel Monge González.
A la lista se unen: Josep Castro, María José Gómez, Felipe Ramírez Gómez, Emma Weiler, Constanza Orellana, Santiago Valverde Segura, Emilio Castro Valverde, Julián Murillo Cabezas, Ian Hidalgo de la O y Juliana Barquero Santacruz.
“El primer fin de semana es vital para cualquier producción costarricense y contar con un apoyo tan importante ha sido medular para poder alcanzar a todo este público. Esperamos que la respuesta de los espectadores siga de forma tan positiva como hasta ahora para que la película siga en cartelera mucho tiempo.
Me siento muy agradecido y con expectativas muy altas por la respuesta, muchísima gente recomendándola con palabras muy bonitas e incluso diciendo que la van a volver a ver”, aseguró Pucci.
Los pequeños protagonistas se encargan de mostrar la idiosincrasia de las siete provincias. Por ejemplo, en “Recordando mi puerto” a un niño puntarenense se le hace la boca agua por un Churchill, pero solo tiene ¢100. ¿Qué estará dispuesto a hacer para ganarse su granizado con dos leches?
De la sinopsis del corto “Las despedidas” se desprende que “Juan, un niño herediano de 8 años, ama los tractores. Por meterse a jugar con uno real en propiedad privada, deja botado su juguete favorito. ¿Cómo recuperar su juguete cuando está en manos de un viejo cascarrabias?”.
Asimismo, en “Cabin in the Watta”, se destaca que un niño y una niña de Puerto Viejo, Limón, salen temprano en bici de sus casas, con un balde y un machete. Sin prisa, pero con autonomía, saben cómo conseguir lo que quieren de su entorno. Al final de la tarde regresan con los frutos, pero ¿y todo ese trabajo, para qué?
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