“La Voz de Goicoechea” estuvo en el templo católico de Guadalupe de Goicoechea de San José. Para poder asistir a la primera misa, los fieles se anotaron previamente en una lista.
Antes de ingresar, debían limpiar sus manos en lavatorios instalados en las entradas del inmueble. Una vez adentro, solo personas que asistían en "burbujas sociales", podían sentarse juntas. El sacerdote utilizó careta en la eucaristía.
Había bancas inhabilitadas para procurar el distanciamiento. Los cantos los entonó solo una sola persona, que estaba lejos de las bancas y usaba una careta.
Al respecto, el protocolo de la Conferencia Episcopal dice los siguiente en el punto número siete: "De momento, el canto será entonado únicamente por quien o quienes lo animan. Se exhortará a los fieles a no unirse a los cantos".
A la hora de la paz, no hubo abrazos ni saludos de mano. Todo se hizo a distancia. Para la Comunión no hubo filas; el sacerdote y los ministros de la eucaristía se acercaron a las bancas y entregaron las hostias en la mano.
Los centros religiosos ubicados en zonas de alerta naranja no tienen autorización de apertura. Tampoco en las zonas con alerta amarilla que se incluyeron en la restricción por su cercanía con sitios de riesgo.
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