Por Gerardo A. Pérez Obando (Gapo)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- En poco tiempo se cumplirá medio siglo de la aparición de este fenómeno sÃquico acuñado en Suecia por el psiquiatra y criminólogo Nils Bejerot; asesor de la policÃa sueca durante el asalto quien debido a la extraña reacción de los afectados al finalizar el episodio comprobó del desarrollo de una vinculación afectiva entre las personas retenidas y sus captores.
Se gestó en el Banco de Crédito de Estocolmo el 23 de agosto de 1973 con un supuesto cliente que ingresó con una valija y sacando una ametralladora disparó al aire.
Tras herir a un policÃa que respondió al llamado de alerta, ató a la/os rehenes para dar a conocer sus exigencias.
Al final, los ladrones no se llevaron el dinero ni pudieron escapar de la policÃa pero la relación de la/os cuatro rehenes secuestrado por seis dÃas desarrolló una relación de complicidad entre actores aún después del episodio.
Pese a quedar encarcelados tomaron un lugar en la historia porque el asalto terminó dando el nombre al inesperado comportamiento.
En 1974, los Estados Unidos de Norteamérica fueron protagonistas del otro caso que impulsó la relevancia mundial terminando por sellar el término.
En febrero de ese año Patricia Hearst, de acaudalada y prominente familia, fue secuestrada por el ejército Simbionés de Liberación. Dos meses después de liberada se unió a ellos participando en el robo de un banco por el cual fue arrestada.
Posteriormente el psiquiatra estadounidense Frank Ochberg en la década de 1970 definió al estudiar con mayor detalle el comportamiento de los cautivos de Estocolmo los factores psicológicos que contribuÃan al vÃnculo afectivo con los captores definiendo tres criterios: atracción e incluso amor del rehén por el secuestrador, reciprocidad por parte de éste y finalmente al desprecio de ambos por el mundo exterior.
En Costa Rica en los primeros 71 dÃas de 1996 se dio “El secuestro de las europeas” que tuvo en vilo a policÃa y familiares por el rapto de una suiza y una alemana. El paÃs que habÃa celebrado la liberación se sorprendió dÃas después por las fotografÃas de la relación entre vÃctimas y captores.
El sÃndrome de Estocolmo también se conoce como vÃnculo de trauma o del terror porque nace del sentido instintivo de auto conservación del/a retenida/o, su supervivencia básica la controla el captor, por lo tanto en vez de odiarlo forja inconscientemente una atadura de estabilidad. El rehén forja este lazo al aceptar y sentir gratitud por los pequeños actos de bondad observados o demostrados.
Esta unión puede llevar a las partes a favorecer el desarrollo del sÃndrome al reducir el riesgo de violencia.
En el caso de Estocolmo se les dio mantas cuando tuvieron frÃo, se les permitió llamar a familiares. En la mente del retenido, el captor se ha convertido en proveedor, mientras que el equipo armado de aplicación de la ley en el mundo exterior representa una amenaza fÃsica para ambos.
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1 Comentarios
Interesante como la psicologÃa humana puede ser manipulada con cosas simples.... este sÃndrome es famoso, ha pasado muchÃsimas veces.... las que se describen en el artÃculo son muy relevantes y algunas no las conocÃa.... resulta curiosÃsimo ese mecanismo de defensa o com lo indica aquà "vÃnculo de trauma o del terror porque nace del sentido instintivo de auto conservación"....
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