Por Alberto Cabezas
LA VOZ DE GOICOECHEA.- “Mi niñez fue dura, mucha necesidad, pasé hambre, a los 14 años empecé a trabajar con mi hermana, fui maltratada, humillada, usada, golpeada, violada por mi cuñado. De igual manera, mi adolescencia fue bastante golpeada. Más adelante, me humille a DIOS a pesar de tanto dolor en mi alma por la perdida mi hijo. Es muy larga mi historia y llegué donde estoy porque mi Dios tuvo misericordia, amor por mi vida y me levantó en cada caída no me dejo sola jamás,” alega la argentina Gabriela Dinorah Sena Román.
“Si Dios puede cambiar lo negativo en positivo basta que confíen y crean. Lo negativo de la vida, lo podemos ver desde otro ángulo en nuestras vidas, mucho de lo que pasamos es para crecer espiritualmente y fortalecer nuestra fe en Dios” puntualizo.
Agrego “a lo largo de mi vida he visto grandes maravillas y milagros, por ejemplo, estuve orando por el presidente de Argentina, que se ha tenido que enfrentar contra el virus del Coronavirus cara a cara”.
Sin datos
La historia de Dinorah, se repite diariamente, la mayoría de las víctimas no denuncia y los países por lo general carecen de información estadística fiable, lo cual impide combatir con mayor eficacia la violencia sexual contra las mujeres.
"Tenemos una brecha de información gigante. Si cruzas los datos del sector salud con los del sector justicia dentro de los países, ni siquiera se corresponden. Es decir, ni siquiera dentro de los mismos países tenemos coherencia” critica Cristina Rosero, asesora legal del Centro de Derechos Reproductivos (CDR), con sede en Bogotá.
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