El gran fraude a través de 126 años de historia
Gerardo A. Pérez Obando (Gapo)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- El 7 de marzo de 1876 un escocés naturalizado estadounidense llamado Alexander Graham Bell se acercó a la Oficina de Patentes para registrar la invención que definió: “aparato que transmite sonidos por un cable a través de señales eléctricas”.
Inexplicablemente ese mismo día el estadounidense Elisha Grey llegó a la oficina con el propósito de registrar otra invención pero después de revisar el prototipo con asombro le indicaron que dos horas antes un tal Alexander Bell había presentado una invención similar por lo que fue rechazada.
Grey, ante la opción de apelación inició un litigio por dos años donde al finalizar Bell se llevó el crédito pese a rumores de un enlace que tenía dentro de la oficina de patentes que le favorecía.
Debido a esta extraña situación por muchos años el crédito de la invención del teléfono se creyó compartida entre Bell y Grey.
Antonio Santi Giuseppe Meucci, fue un inventor e ingeniero italiano que debido a la fortaleza de sus ideas políticas para con la unificación italiana, a los 27 años después de un breve período de encarcelamiento por una escaramuza le llevaron al exilio en 1835.
Ester Mochi, su esposa lo acompañó en el periplo que inició en Cuba donde le ofrecieron un trabajo en el Gran Teatro Tacón, Ahí expuso su creatividad instalando un teléfono de lata comunicando el escenario con los techos del teatro lo cual no era nuevo para él debido a que lo había hecho en el Teatro della Pergolla de su natal Florencia.
Debido a su formación los incipientes descubrimientos con las ondas eléctricas le sedujeron de inmediato por lo que desarrolló en la isla un tratamiento para combatir dolores en la cabeza y huesos por medio de electrochoques inspirado en ayudar a su esposa Ester quien sufría de artritis reumatoide.
En 1850 dejaron Cuba para dirigirse hacia Nueva York. Una vez instalado en Staten Island, se abocó al desarrollo de la tecnología para transmitir sonidos, a la vez que empezó a organizar reuniones con otros inmigrantes italianos entre los que se encontraban varios refugiados políticos donde se encontró con el famoso militar y unificador italiano Giuseppe Garibaldi a quien alojó en su hogar.
Antonio trabaja en la planta baja de la casa mientras a su esposa Ester el reuma la mantenía postrada en su cama por lo que para estar en comunicados Meucci inventó un aparato que podía transportar las ondas sonoras por un cable que llamó teletrófono.
Este prototipo se considera hoy el primer teléfono. No utilizaba electricidad sino un hierro magnetizado que conducía el sonido para conversar con ella.
En 1860 hizo público el aparato transmitiendo en una demostración abierta la voz de una cantante a distancia. Esta noticia fue ampliamente difundida por los diarios italianos de Nueva York.
En 1871 intentó patentar el invento por lo que puso a disposición los planos como prueba pero al no llevar los $ 250 exigidos solo le permitieron hacer un trámite preliminar al planteamiento definitivo. Lamentablemente se encontraba sin dinero debido a otros inventos en desarrollo.
Para agravar la situación ese mismo año resultó herido de gravedad al estallar la caldera del ferry de Manhattan a Staten Island. Su esposa, desesperada y en bancarrota vendió sus planos y prototipos a un prestamista por lo que al enterarse Meucci fue de inmediato a recuperar sus materiales que habían sido comprados por un desconocido.
En 1876 escuchó con sorpresa que un tal Graham Bell había patentado un invento que llamó el “telégrafo parlante”. Al desplazarse a la oficina de patentes a reclamar su trámite preliminar nunca lo encontraron.
Contrariado acudió a la Justica pero en ese entonces la Bell Telephone Company era una de las empresas más pujantes y de mejor credibilidad.
Fue un dilatado caso donde en medio del pleito judicial tuvo que demandar hasta a su propio abogado por infiel a la causa.
En 1886, diez años después, un fallo le dio la razón anulando la patente de Bell ante un Antonio Meucci cansado, agobiado por su poco entendimiento del idioma Inglés que le confundía y daba poca soltura para contrarrestar las demandas legales de los abogados corporativos.
El genio estafado que inventó el teléfono murió en la pobreza en 1889 por lo que el juicio se dio por finalizado.
El 11 de junio del 2002, 126 años después, el Congreso de los Estados Unidos admitió a través de la Resolución 269 lo que ya era reconocido en el mundo de la historia audiovisual:
El inventor del teléfono fue el italiano Antonio Meucci en 1854. Veintidós años antes que fuera patentado por otra persona.
Su casa de Staten Island fue convertida en el Museo Garibaldi-Meucci como reconocimiento posterior.
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2 Comentarios
De veras que para verdades el tiempo. Estos artículos de don Gerardo Pérez son muy interesantes y didácticos para fortalecer la cultura general. Me alegra saber que se hizo justicia.
ResponderBorrarAsi es, un reconocimiento justo para el inventor, su familia e Italia.
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