Por Ronad Arrieta Calvo
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Educar personas con responsabilidad ciudadana implica que estas tengan criterio para el consumo de mercancías, manejo de sus desechos defensa de sus derechos, selección de sus representantes gubernamentales y municipales y en tiempos de pandemia comportarse guardando las normas higiénicas de sentido común y las que dicten las autoridades.
Sin embargo, la sociedad de consumo requiere de una ciudadanía irresponsable e insensata que consuma y deseche sin criterio, elija a quienes adornen mejor sus promesas y en tiempos de pandemia den anchas a sus “libertades”. Para ello es indispensable que haya un sistema educativo que no funcione y que atiborre a quienes ejercen la docencia con exceso de burocracia y metodologías de aprendizaje anacrónicas que los aleja de su verdadera función educativa y formativa.
Sin embargo, con esta pandemia se nos pasa la factura por tan grave negligencia. Nos llegó el momento inevitable de aplicar la sensatez y la responsabilidad para no sucumbir como sociedad. No podemos ponerle un policía a cada persona contagiada de COVID-19 ni a sus personas cercanas. Incluso resulta absurdo que haya que extender órdenes sanitarias para que contagiados y sus nexos guarden aislamiento para no poner en riesgo la salud y la vida de otras personas.
Cuatro hechos sucedidos en las últimas semanas confirman que la insensatez y la irresponsabilidad pululan irrestrictamente en Costa Rica.
Incitan y promueven mediante el asueto en Semana Santa a la diversión por parte de las autoridades gubernamentales para hacer circular dinero suponiendo actitud responsable de la ciudadanía.
Fiesta masiva de jóvenes en la ciudadela León XIII.
Aparente falsificación de un examen de COVID por parte de una presentadora de TV
Aparente Irrespeto de una orden sanitaria por parte del presidente del Concejo Municipal de Goicoechea.
El cuarto hecho tiene además la peculiaridad de que el presidente municipal niega haber recibido una orden sanitaria por parte de la Dirección de Salud de Goicoechea pero que acudió “responsablemente” porque se enteró “que un familiar cercano salió positivo por COVID-19” a un centro de salud, donde le explicaron que no le podían aplicar la prueba “por no presentar síntomas. Sería muy importante investigar la razón por la cual el funcionario que le atendió no le extendió una orden sanitaria si había tenido contacto con un familiar que resultó contagiado de COVID-19.
Ahora bien, supongamos que las autoridades de salud de Goicoechea no le hubiesen comunicado verbalmente y por correo electrónico la orden sanitaria al señor Murillo. ¿No sería lo más responsable, sensato y humano haberse autoaislado sin necesidad que lo obligara una orden sanitaria y cumpliera los diez días preventivos aunque un análisis diera resultado negativo habiendo tenido contacto con una persona contagiada con COVID-19?
Muy bien haría el señor Murillo en releer el artículo 39 de los estatutos de su partido Unidad Social Cristiana que a la letra dice:
“Esta libertad no significa independencia absoluta, sino la capacidad de tomar decisiones responsables y elegir su propio modo de vida utilizando, de la manera más amplia posible, sus dotes, talentos y habilidades, al margen de la condición social, el género, la etnia, las convicciones, la situación económica o el estado de salud.” (la negrita no es del original)
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