Por Gerardo A. Pérez Obando (GAPO)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- En 1963 la familia de Mario se estableció en la colonia Rodrigo Facio Brenes en IpÃs de Goicoechea. Él venÃa de dos años.
Es una persona dura de localizar, pero de agradable trato. En él se encuentra al (posible) único seductor que comparte su vida con diferentes amores de manera apacible. Su pasión por la vida le hace valorar cada instante transcurrido, el Ãmpetu por los deportes le mantiene en constante actividad, la naturaleza le transmite sabidurÃa y cree que los designios providenciales son irrefutables.
Hará bastantes ciclos cuando después de sus ejercicios matutinos ingresaba a la casa con cuatro botellas plásticas en cada mano recogidas en el trayecto final. A los dÃas decidió llevar algo más grande para acarrear y en un santiamén la tenÃa repleta de envases.
El inicio de la historia fue poético…en el 2010 prometió escribir una inspiración a una amiga en la antigua malla de la plaza de futbol sobre la calle principal. ExistÃa en ese entonces un botadero encubierto contiguo a los camerinos de donde tomó 38 envases. Su frustración ante el mal estado y suciedad que mostraban fue tal que junto a su hermano y otros contertulios tomaron el reto de eliminar el chiquero. Molesto por el desliz, utilizó la malla no visible para introducirlas desatinadamente en los espacios ante la risa de los transeúntes que le miraban extrañados, máxime que el dengue estaba haciendo estragos en la población.
Para diciembre habÃa adquirido más experticia y con estimulación de asiduos elaboró motivos navideños con material lÃmpido en la malla frente a la calle Paseo del Bosque logrando su consolidación. El poema prometido “Camina con mi gusto” quedó escrito en su mente, por lo que Lilly nunca pudo leerlo.
Hasta el 2014 conformó un cuatrienio explosivo. RecogÃa cuanto envase encontrara en su camino y pudiese acarrear, se olvidó de fiestas y actividades sociales para dedicar hasta catorce horas dominicales salpicado de anécdotas, felicitaciones y crÃticas desalentadoras.
Recuerda una vez en la pista de Tres RÃos cuando a su lado se aparcó un auto y comenzó a lanzarle improperios por ensuciar el ambiente. Por más que trató, nunca entendieron que estaba haciendo lo contrario.
Un domingo en la plaza, un parroquiano se le acercó diciendo: “Voy a regalarle un mapa para que lo ponga, porque ese en nada se parece al de Costa Rica”.
Un miércoles, cerca de las once de la noche, Mario retornaba a su casa cuando observó un sector sin botellas y éstas desperdigadas en el suelo. Pacientemente procedió a recogerlas y retornarlas a su lugar para recomenzar el domingo. HabÃa pasado la medianoche cuando temeroso salÃa del oscuro espacio buscando el descanso retardado.
El domingo pasó un personaje de quien escuchó: “viera que extraño, el miércoles pasé cerca de las nueve de la noche por aquà con unos tragos y arranqué las botellas porque eso no me gusta. Al otro dÃa a las cinco de la mañana cuando iba para el trabajo volvà a pasar y estaban otra vez en la malla…pareciera que fue brujerÃa…”
Con el tiempo habÃa combinado la técnica con la experiencia enriquecida. Sus contertulios siempre le apoyaban y escuchaba un reconocimiento general, los transeúntes le felicitaban y entusiasmaban, mas el peso de la abnegación comenzaba a cobrar factura por la inmensa logÃstica requerida para el debido mantenimiento.
Colectar, acarrear, limpiar, lavar, eliminar distintivos, secar, horas hombre, tiempo, diseñar arte, actualizar temas, agrupar tapas por colores, sustituir piezas deterioradas por condiciones atmosféricas se adicionaron al retiro de la red de la plaza para dar paso a un muro de cemento.
De pronto se sintió desamparado y desgastado. A finales del 2014 disminuyó su entusiasmo ante una quimera de la cual humanamente era difÃcil dar abasto porque el tiempo requerido superaba la cuota que él gustosamente aportaba. Sin embargo, durante su ausencia siempre recibió el apoyo de entusiastas que pedÃan su reincorporación.
La pausa se prolongó por cuatro setiembres. En agosto del 2019 revivió el gusanillo artÃstico reiniciando la odisea en los espacios sobrevivientes a la sustitución.
Al finalizar la eliminación de la armadura en la plaza de futbol se mudó a la entrada principal de la colonia Rodrigo Facio Brenes sobre la calle Paseo del Bosque donde orgullosamente estaba la placa con la efigie del (hoy olvidado) Benemérito de la Patria dedicado en los años sesenta, ausente ante la indiferencia de comités de cultura, concejos, distritales y municipales, y alcaldes/as de los últimos veinte años.
Ahora se confiesa más comedido, con menos prisa y aunque haya dosificado el tiempo, confiesa que la intensidad no ha cambiado.
Debido que Mario es enemigo de la pompa su solicitud especial fue no enfatizar su figura sino su firmamento por lo que escogió una imagen a larga distancia, pero por tratarse de un personaje que merece el reconocimiento de la comunidad optamos por otra un poco más cercana, apelando a su comprensión y esperando que el detalle no sea impedimento para que nos siga deleitando con sus ensueños entrelazados…
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2 Comentarios
Excelente labor don Mario,
ResponderBorrarDefinitivo...excelente...
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