LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Aníbal Newman).- Resulta que ahora criticar a un juez ineficiente, a una Sala IV ideologizada o a una Corte Suprema que vive blindada en su torre de marfil es “una amenaza a la democracia” ¡Por favor, que alguien llame al Comité de Derechos Humanos de la ONU! ¡Los jueces están llorando porque la ciudadanía ya no les cree!
El
Quinto Informe del Estado de la Justicia, redactado con la delicadeza de quien
acaricia una porcelana fina, pretende convencernos de que el verdadero peligro
en Costa Rica no es un Poder Judicial desacreditado, paquidérmico y elitista,
sino los que se atreven a cuestionarlo.
Porque
sí, según este documento, el problema no son los jueces que dejan libres a
sospechosos de matar niños, ni los magistrados que se protegen entre sí como
club de compadres, ni los fiscales que duermen los casos por años.
No,
el problema somos nosotros: los ciudadanos, periodistas, políticos y usuarios
del sistema que ya no nos tragamos el cuento de su “independencia” divina.
¿Ataques
sin precedentes?
No,
hermano, lo que pasa es que por primera vez hay voces que no se arrodillan ante
la toga ni se asustan cuando un magistrado se queja por Twitter.
Se
llama escrutinio. Se llama democracia.
Y
les arde porque por décadas vivieron sin que nadie los tocara ni con el pétalo
de una auditoría.
¿Manipulación
del presupuesto judicial?
¿Se
refieren a cuando el país está en crisis económica, pero el Poder Judicial
sigue exigiendo millones como si fueran una ONG sagrada e intocable?
¿Eso
es un ataque o una dosis de realidad?
¿Presiones
indebidas para nombramientos?
¡Qué
ironía! Vienen a hablar de presiones indebidas los mismos que permitieron que
magistrados fueran reelectos a dedo o por “cuota” de partido, y que encubren a
colegas acusados de corrupción o acoso.
No
se rían tanto, que ya no es chiste.
¿Ataques
personales?
Claro,
como si cuestionar la falta de ética o de resultados de ciertos funcionarios
fuera bullying institucional.
Los
verdaderos ataques personales son los que sufre una madre al ver al asesino de
su hijo caminando libre gracias a un fallo “técnico”.
O
los que sufren las víctimas de violencia que suplican medidas cautelares… y
reciben silencio judicial.
El
mejor chiste del informe:
“Socavar
al Judicial reduciría garantías para personas, empresas y universidades”.
JAJAJAJAJA.
Hermano…
en Costa Rica ya estamos sin garantías.
Lo
único garantizado es que si tenés dinero, contactos o título judicial, vas a
tener más impunidad que derechos.
Lo
único firme en este país son los escritorios de jueces que no reciben sanciones,
aunque arrastren expedientes por años.
Qué
curioso: en otros países, una democracia se fortalece con críticas, con
revisión de poderes, con exigencia de transparencia.
Pero
en Costa Rica, los jueces se creen el corazón de la patria, y si alguien se
atreve a decir que están fallando, gritan “¡Golpe de Estado legal!” como si
fueran los guardianes de la república.
No,
señores. Ustedes no son la democracia.
Ustedes
son parte de un sistema que la ciudadanía está exigiendo reformar.
Porque
una institución que se protege a sí misma, que vive desconectada, que nunca se
autocritica y que se indigna más por un tuit que por una injusticia… no es
garante de democracia.
Es
parte del problema.
*
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