Sombras del poder: El rostro invisible de la corrupción


LA VOZ DE GOICOECHEA
(Por Nabil Mouaffak, columnista).- 
Cuando escuchamos la palabra corrupción, nuestra mente suele dibujar imágenes de maletines llenos de dinero, trajes oscuros, negociaciones turbias y titulares escandalosos. Sin embargo, en la vida real, la corrupción muchas veces no lleva traje ni hace ruido. Es discreta. Se esconde en correos no enviados, licitaciones mal dirigidas, silencios prolongados, ascensos inexplicables, favores disfrazados de méritos y presupuestos públicos diluidos en decisiones "administrativas".

La corrupción en la función pública no siempre aparece en grandes titulares. Muchas veces opera en lo cotidiano: en la designación de una plaza sin concurso, en la contratación de un proveedor que “casualmente” es familiar de alguien del comité, en el desvío de recursos para cubrir gastos que no corresponden, y a veces hasta en cobros a funcionarios del instituto por nombrarles en alguna u otra plaza vacante. Actos que, aunque puedan parecer menores o justificados, van tejiendo un manto de impunidad que debilita la confianza en las instituciones.

Lo más peligroso es que, con el tiempo, esta corrupción deja de verse. Se normaliza. Se convierte en parte de la cultura organizacional. La frase “aquí siempre se ha hecho así” se transforma en escudo para prácticas que, si se nombraran por lo que son, provocarían indignación. Pero el silencio y la costumbre son aliados poderosos.

¿Quién vigila, entonces, a quienes se desvían del deber público? ¿Dónde quedan los valores que deberían sostener el servicio a la ciudadanía? ¿Qué ocurre cuando el corrupto no es un desconocido, sino tu compañero de oficina, tu jefe, tu colega de años?

Cuando la corrupción no se visibiliza, comienza a desdibujarse también la ética del funcionario. Las personas dejan de ver lo público como un bien común y comienzan a entenderlo como un botín al cual tienen derecho por el simple hecho de estar dentro del sistema. Lo público se privatiza desde adentro, y todos pierden: pierde la institución, pierde el país, pierde el pueblo.

Pero, ¿Cómo se llega a este punto? ¿Es solo una suma de decisiones personales o hay estructuras que facilitan —y hasta fomentan— este tipo de conductas?

Mañana, en la segunda entrega: La red que nadie quiere ver.


*

New2020-  Goicoechea es el cantón número 8 de la provincia de San José, fundado en 1891. Donde orgullosamente decimos: "De la montaña a la ciudad, así se extiende mi cantón". "Goicoechea, Goicoechea, te llevo en el corazón." -

Los comentarios expresados en las secciones de opinión, derechos de respuesta, reclamos del pueblo, campos pagados, negociemos, y en la opinión de los lectores y comentarios de terceros al final de las notas o en las páginas de redes sociales, son responsabilidad exclusiva de sus autores.  La Voz de Goicoechea (www.lavozdegoicoechea.info) es un medio de comunicación independiente, y no toma como suyas dichas opiniones por lo que no se responsabiliza por el contenido emitido por terceros. 
Todas las imágenes que muestra este medio, se utilizan solo con fines ilustrativos, por tanto se respetan todos los derechos de autor según corresponda en cada caso, siendo nuestra principal labor de la informar a nuestros lectores.

Déjanos tus comentarios al final de cada nota que presentamos ;
nos interesa tú opinión al respecto. Te invitamos a participar...

Somos La Voz de Goicoechea
El periódico digital de nuestro querido cantón
Escríbannos a nuestro correo electrónico

2017 © 2025

Miembro de la Red de Medios Alternativos Independientes - REDMAI

Producciones Periodísticas y Publicitarias Montezuma

Goicoechea, San José - Costa Rica


Reactions

Publicar un comentario

0 Comentarios