Bosque en alerta: semillas robadas y silencios incómodos

LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Nabil Mouaffak).- Dentro de la bella naturaleza del distrito de Rancho Redondo se contaba la historia de un hormiguero brillante, cuidado con esmero por todas las hormigas. En él, el jefe del bosque guardaba tesoros valiosos, convencido de que, con las hormigas siempre despiertas y trabajando día y noche, era casi imposible que alguien se atreviera a entrar y llevarse algo.

Pero un día comenzaron a desaparecer semillas y delicadas telas de araña, materiales esenciales para tejer las cámaras del nido. Lo extraño era que cada vez se perdían más cosas… y hasta en plena luz del día.

Alarmadas, las hormigas llamaron a una hormiguita muy curiosa, conocida por mover siempre sus antenas en busca de respuestas. En presencia del jefe del bosque, lanzó una pregunta que retumbó en todo el hormiguero:

—“¿Quién guarda realmente las llaves del granero?”

El jefe, solemne, prometió:

—“Abriremos el libro de cuentas y lo leeremos bajo la luz del día.”

Cerca del hormiguero, en un árbol alto, vivía un tucán. Era famoso por traer regalos al jefe del bosque y no temía conversar con lobos y zorros en la oscuridad, con tal de asegurar que el jefe siguiera en su trono. Algunos susurraban que conocía los caminos secretos; otros, que lo protegía porque le debía favores antiguos.

Con el tiempo, llegaron noticias inquietantes: el tucán había empezado a creerse dueño del hormiguero. Se metía cuando quería, llevaba semillas y telas a su antojo, y decía a todos que tenía permiso porque era él quien mantenía al jefe en la cima del bosque. Lo peor fue descubrir que vendía esas semillas a otras hormigas que buscaban construir sus casas.

El jefe del bosque, al enterarse, quedó dividido: moralmente debía echar al tucán, pero al mismo tiempo temía las represalias de los lobos y zorros que sabían de sus conversaciones nocturnas.

Mientras tanto, la hormiguita curiosa, que no buscaba venganza sino justicia, siguió sembrando preguntas:

—“¿Quién lleva las llaves? ¿Quién firma las listas?”

Y todo el bosque espera atento, porque saben que necesitaban un jefe que cuidara de todos por igual… y no solo del tucán.

Si fueras habitante de este bosque, ¿te gustaría que el jefe diga el nombre del tucán y le quite las llaves del granero? Queremos que el jefe lea tus comentarios.

Nota Importante: esta historia es una ficción = narración o representación de hechos irreales, inventados o imaginados. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

- Goicoechea es el cantón número 8 de la provincia de San José, fundado en 1891. Donde orgullosamente decimos: "De la montaña a la ciudad, así se extiende mi cantón". "Goicoechea, Goicoechea, te llevo en el corazón." -

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